El psicólogo estadounidense Philip Zibardo, que llevó a cabo el llamado experimento de la prisión de Stanford en 1971, murió en San Francisco a la edad de 92 años. Le sobreviven su esposa, tres hijos y cuatro nietos.

El objetivo del experimento de Stanford, que tuvo lugar en el sótano del departamento de psicología de la universidad, era estudiar las reacciones psicológicas humanas a las condiciones carcelarias. Asistieron voluntarios, divididos en “carceleros” y prisioneros”.

El experimento se salió de control y se terminó prematuramente porque los participantes rápidamente adoptaron su carácter y comenzaron a exhibir un comportamiento carcelario. Los “carceleros” comenzaron a mostrar violencia y uno de cada tres de ellos reveló tendencias sádicas. Los “prisioneros” sufrieron un profundo trauma moral.

El experimento provocó importantes críticas en los círculos científicos, entre otras cosas porque el propio Zibardo participó en él como “director de prisión”. Se ha comparado con el experimento de Milgram, que reveló la voluntad de las personas de obedecer órdenes a pesar de sus propios deseos.

El experimento simuló en gran medida los acontecimientos que tuvieron lugar a principios de este siglo en la prisión estadounidense de Abu Ghraib en Irak, donde los guardias abusaban de los prisioneros. El propio Zibardo notó la similitud.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *