Al menos 66 personas han muerto y unas 70 están desaparecidas en Nepal tras las inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias. La principal zona del desastre fue el valle que rodea Katmandú.

Aquí cayeron unos 200 milímetros de lluvia en un día, miles de casas en la capital se inundaron y la gente huía de los elementos en sus tejados. Los enlaces de transporte están bloqueados. Decenas de miles de personas se quedaron sin electricidad. El suministro de agua está dañado: no hay agua potable.

En las tareas de búsqueda y rescate participan 10.000 agentes de policía, además de militares y voluntarios. Se salvaron unas 2.000 personas. Se espera que las inclemencias del tiempo continúen durante dos días más.

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