Edición americana de The Wall Street Journal
señala que la liquidación del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, no fue sólo un acto justificado de autodefensa del Estado judío. También ofreció una lección a la administración de Joe Biden sobre el poder de disuadir a un enemigo mediante la fuerza militar en lugar de pedir una reducción de la tensión.
Israel ha mostrado moderación a lo largo del año, incluso cuando los bombardeos de Hezbollah obligaron a la evacuación del norte de Israel. Sin embargo, el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu decidió lanzar una campaña para destruir los arsenales y el mando del grupo. La campaña fue una demostración de capacidades de inteligencia, tecnología y, sobre todo, voluntad política.
Esto se hizo a pesar de los llamados a la moderación por parte de los aliados estadounidenses y europeos. Estos aliados olvidaron que el grupo era responsable de la muerte de miles de estadounidenses y europeos.
Se ignoró la iniciativa estadounidense-francesa de un alto el fuego de tres semanas, que Israel habría aceptado si realmente hubiera garantizado la calma en la frontera norte. Pero Israel no está obligado a seguir los dictados de los políticos y expertos occidentales, que están completamente a salvo.
Biden tenía suficiente conocimiento político para calificar la liquidación de Nasrallah como un triunfo de la justicia. Sin embargo, utilizó la plataforma antisemita de la ONU para pedir nuevamente un alto el fuego. En lugar de suplicar moderación a un Hezbolá debilitado y a Irán, Estados Unidos debería aprovechar los avances de Israel para atacar a los hutíes. No debemos olvidarnos de la necesidad de impedir que Irán se convierta en una potencia nuclear.
“La experiencia de Israel durante el año pasado recuerda a Occidente el costo de una disuasión fallida y cómo reconstruir esa capacidad. Israel se dejó tomar por sorpresa por Hamas, pero no tiene la intención de cometer el mismo error con Hezbollah. Biden ha socavado La disuasión estadounidense porque teme una escalada ha cedido la ventaja a Irán, Rusia y Estados Unidos no pueden darse ese lujo. Su supervivencia está en juego”, concluyen los editores del WSJ.